El otro día llegó alguien a mi blog tecleando lo siguiente: mi mujer se cansó del femdom. Voy a comentar algo al respecto y de paso diré si yo estoy cansada del femdom, del blog, o de ciertos sumisos y del padre que los engendró (por cambiar la frase machista de “la madre que los parió”).
No creo que esa mujer esté cansada del femdom, de lo que estará cansada es de que él espere que le haga -o hagan juntos- tal o cual cosa, de tener que vivir el femdom como a él mejor le conviene, de sentir que no encaja con la idea que sale de la mente de él, etc. Es bastante improbable que una mujer que vive por convencimiento en clave femdom pierda interés por seguir viviendo así, porque esto no te obliga ni te compromete a nada, se trata de lo que nosotras queremos y necesitamos, y ellos estarán (se supone, ejem) encantados de seguir nuestro ritmo, y si el cuerpo te pide estar dos meses leyendo cada noche antes de dormir en vez de frotarle la colita con tu pie (por poner un ejemplo cualquiera), pues eso es lo que hay. Otro tema es que él no se sienta feliz así. En ese caso, que hubiera dejado muy claro lo que esperaba de esa relación, porque no se puede decir “soy sumiso” sin especificar de qué clase, tipo y sub-especie, y qué buscas de esa mujer, porque entonces el desastre está servido.
Qué obvio, ¿no? Pues eso es uno de los problemas principales cuando estas relaciones fallan: no aclarar lo que ES cada un@ y lo que busca, necesita y está dispuest@ a ofrecer.
Y aquí llego a la parte en la que enlazo con mi blog y conmigo misma. Cuando hago balance, más allá de los cientos de páginas, las incontables horas que llevo invertidas y todas las cifras que pueda haber entre visitantes, seguidores, mensajes, etc., me pongo a pensar en la calidad más que en la cantidad, en el fondo de todo esto, y no tengo claro de qué lado está la balanza. No es que esté cansada del femdom, que en mi caso es lo único que me puede funcionar para que una relación sea completa, pero sí estoy cansada de otras cosas.
Sobre todo estoy cansada de que no haya femdom ahora mismo en mi vida, claro. Podría haber algo parecido en grandes cantidades, bastaría con poner fotos subidas de tono (mías) para tener una corte de falsos sumisos pajilleros soltando frases de adoración y de sumisión de pacotilla para hacer teatro cuando se tercie. Pero algo así me deja fría. Mejor dicho, me pone mal cuerpo la banalización de este tema por parte de tantos y tantas. Por simple estadística, de vez en cuando apareció alguno interesante entre tanto pedrusco. Pero afinidad (o falta de ella) aparte, falló lo de definir con letreros luminosos qué eran y hacia dónde pretendían ir, y por resumir, no eran las personas adecuadas para mí, como comprobé al poco tiempo o pasado más del que debí invertir en aquello. Yo es que soy tan rarita que necesito hablar las cosas, doy más importancia a los hechos que a las palabras, me cuesta un mundo creer en alguien que me miente en la cara, que me falla como simple amigo... en fin, rarita total, ya digo, ejemmm. Pero que tampoco tiene el pobre femdom culpa de eso y a pesar de todo he tenido mis momentos buenos, y prefiero no pensar mucho si era teatro por la otra parte, ya da igual, por mi parte desde luego que no lo era. Así que experiencias por medio del blog me he llevado, algunas buenas, otras desagradables, pero todas importantes y necesarias para algo, aunque sea para reafirmarme en lo que quiero y no quiero.
Volviendo al presente, estoy cansada de leer el mismo tipo de mensaje una y otra vez, como uno que me soltó hace poco que quería conocerme y nombraba tres aficiones, todo en un par de frases, a ver si colaba. Me da pereza responder a esta clase de gente, pero por comprobar que mi método de detectar falsos sumisos en cinco minutos sigue vigente, le pregunté por qué le interesaba yo en concreto y le aclaré que no estaba en su comunidad autónoma, cosa que tuve claro que ni se había molestado mirar en mi perfil. Y por supuesto no respondió, para qué, la educación y los modales no hacen falta cuando ven que no van a pillar cacho como pretendían con la ley del mínimo esfuerzo. Otro ejemplo parecido es el de los que escriben un mensaje totalmente genérico, en plan, “busco lo que necesito y nadie me da, a ver si esto lo lee alguien”. Qué fuerte e imperdonable escribir eso en MI buzón privado. ¿Quién va a leerlo aparte de mí, pedazo de alcornoque?
En fin, sigo. No es que me queje, soy muy realista y sé que busco algo que a día de hoy parece cosa de extraterrestres. En otros países más avanzados en estos temas me consta que hay hasta hombres completamente normales y atractivos que se definen como sumisos, pero aquí me queda claro que la mayoría son (no me voy a morder la lengua, aclaro), la mayoría como digo son hombres con algún tipo de conflicto con su hombría, su sexualidad, su psique, adictos a la doble vida o con pánico de que lo señale la sociedad como el friki que se sale del estereotipo del hombre de verdad. Así que con ese lamentable panorama, esto es como buscar aguja transparente en un pajar, por poner la misma comparación que ya usé alguna vez por aquí, y que si lo encuentras es de casualidad porque te pinches mientras estás pendiente de otras cosas, o sea, que sea él quien venga a ti, pero coño, que venga a TI, no que dé por sentado que serás lo que él quiere o ha visto en un vídeo porno o le resbale qué clase de persona seas mientras hagas un papel que encaje con el papel que hace él. Pero vaya, que esto tampoco es exclusivo de los sumisos ni tiene la culpa el femdom, volvemos al factor persona, y los hombres parece que tienen que inventarse un personaje para ligar.
Es decir, en resumen, yo no estoy cansada del femdom, estoy cansada de los hombres que van sin honestidad por la vida, y eso no es un problema relacionado con la sumisión. Creo haber dicho en algún comentario que estaba escribiendo sobre hombres en general, para un apartado más o un blog independiente, pero no tengo claro qué haré al respecto. Me parece que necesito tratar con otros varios cientos para poder hablar con total autoridad sobre el tema, jaja.
Tengo planes como sabéis sobre un libro de relatos, la parte 2 de la novela y tal vez un poco de auto biografía, aunque eso último no me apetece mucho, más que nada porque los fantasmas del pasado están mejor donde están y tendría que repasar y revivir historias ya superadas. Entre las mejores cosas que me ha dado el blog está lo de dar rienda suelta a mi vena literaria y llegar a los lectores sin intermediarios. No penséis que esto de vender libros sin el respaldo de una editorial da dinero más allá de un poco de calderilla, es algo simbólico que a ciertas alturas compensa mínimamente a nivel psicológico tras la constancia y disciplina que he seguido con las publicaciones. Podría haber puesto un botón de donación desde el primer día o reclutar sumisos financieros a cambio de enseñar escote, pero no es mi estilo y no estoy aquí por dinero, como es evidente. Lo que ocurre a estas alturas es que encima no voy a regalar mi trabajo, y escribir literatura femdom, por mucho que me guste, es un extra que tiene su precio. Sé que tod@s nos hemos acostumbrado al gratis total en muchos temas, y lo entiendo, pero también se queja la gente de que no hay literatura femdom más allá de cuatro tópicos ni guías que hablen de algo más que protocolos y sesiones impersonales y resulta que el problema para muchos es que les da terror que aparezca en su extracto bancario “pago a Ama S.”. Pues lo siento, pero no voy a fingir que soy una especie de teletienda, que de los discretos de doble vida también estoy más que harta.
No voy a hablar del ritmo del blog porque la última vez que lo hice, creyendo que bajaría la frecuencia, creo que hasta la subí, jaja, pero ojalá antes de los próximos cuatro años pueda publicar algo titulado Ama encuentra sumiso verdadero. Hace poco leí en cierto blog (y no le daré publicidad como a la dominatrix del otro día), un post en el que la Dómina en cuestión había utilizado mis frases de cabecera, casi literales, sin citarme (o a saber si era una copia de una copia), y tenía publicadas 40 entradas en un mes y luego había abandonado el blog. Que no es por ponerme medallas, pero nadie sabe lo que significa tener un blog de manera constante hasta que se pone manos a la obra. Yo tampoco lo sabía, claro, por eso lo digo. No me pesa porque tengo fluidez escribiendo, pero sumando el tiempo invertido alguien podría recriminarme que debería haber hecho otras cosas tal vez más prácticas. A mí me sirve para hablar claro a gran escala, que no es poco, y además sé que no es su única utilidad.
Hay gente que me comenta lo mucho que le ayuda el blog, y eso por supuesto es más importante para mí que todo lo demás, búsqueda de sumiso aparte, claro XD. De ayudar no me he cansado todavía, aunque ya comenté que no voy a repetir temas si no se toman la molestia de buscar en el archivo. Cuanto más se difunda esto, mejor para mí, ya que me gustaría estar en una sociedad más informada y tolerante. Ojalá hubiese más blogs defendiendo la línea sana de femdom que a mí me interesa y ojalá much@s más llamasen las cosas por su nombre. Como digo, yo seguiré aportando mi grano de arena cada vez que pueda.
Y no me enrollo más tras esta especie de balance periódico, quedamos por aquí, para que vosotros me leáis, y yo intuya -o sepa según el caso- que estáis ahí ;)