No encontraba un título fácil para lo que quiero explicar, así que ese me parece lo más cercano. No me refiero a ser el plan B del sumiso, aunque por supuesto que tampoco quiero eso.
Por lo que veo hacia donde quiera que mire, hay un par de características que me diferencian de la mayoría de las mujeres que se definen como Amas. A grandes rasgos, la primera es que no soy de prácticas “obligatorias”, parafernalias, Dómina de manual, cruel, fría, sin escrúpulos, o sea, que poco tengo que ver con lo que aparece en muchos vídeos porno, anuncios de clasificados, o algo en la línea de una dominatrix pero en gratis. Ya de por sí creo que es bastante infrecuente diferenciarse de todo lo anterior, aunque voy encontrando casos parecidos de vez en cuando. La segunda característica que me diferencia es algo que es casi igual de infrecuente, si acaso un poco más: no busco un sumiso para una relación secundaria o paralela a otra principal con un hombre vainilla. De ahí que hable de femdom de plan B para referirme a eso, y es algo que las engloba a ellas y ellos, porque también hay hombres que buscan una relación a ratos con un Ama, y les da igual si ella tiene pareja, o incluso les encanta porque quieren participar en tríos, cesiones, intercambios, orgías y lo que se tercie.
No voy a opinar sobre femdom de plan B más allá de decir que a mí no me interesa y punto. Sí que me da un poco de pena y rabia que, desde fuera, parezca que lo único que existen son casos así: Amas que ven a los sumisos como hombres de categoría B a los que jamás tendrían en su vida a todos los niveles. Y no es de extrañar si lo que buscan es un juguete para reforzar la hombría del machote que tienen por marido, o un felpudo que las haga sentirse más reinas que nadie. Y me pasa igual que con el tema cornamenta, que le veo una contradicción tan brutal con la Dominación Femenina, que considero que está metido con calzador en el mismo baúl. Por si no conoces mi opinión del tema por algún post anterior, resumo: no puedo evitar sospechar que en el fondo son mujeres que acatan con obediencia lo que sus hombres (vainilla) quieren, verlas convertidas en putas que harán todo lo que ellos desean, siendo las sumisas en realidad. Pero oye, cada cual es feliz a su manera y entra en calor como le viene en gana, así que yo simplemente dejo mi opinión por si a alguien le sirve para tomar otra perspectiva del asunto.
Lo que sí quiero recalcar es que no busco esa clase de sumiso que quiere ser humillado por un macho-man, o que no aspire a compartir toda clase de vivencias en común conmigo, y que para mí ser Ama no es un juego de cama para reavivar pasiones de pareja ahogada por la rutina, porque no tengo pareja vainilla ya que esos hombres convencionales no me interesan en el terreno de las relaciones. Ama y sumiso son el ying y el yang, según mi código de vida. Para mí todo esto es tan obvio que ya se me olvida que no es lo habitual, y por eso no está de más volver a recalcarlo. Y en cuanto a los sumisos que dan por sentado que tengo o puedo tener pareja vainilla, sin importarles o encantados con la idea, tengo que decir que me interesan menos que mirar hormigas en un zoo. Por cierto, que me parece genial que haya un roto para un descosido, y que eso es lo que tendrían que hacer ellos y ellas, dios los cría y que ell@s se junten.
Tal vez por eso haya tan pocos sumisos de los que busco, no abundan los que se sienten plenos siendo útiles, hay más de los otros, de los que se excitan siendo rebajados y sintiéndose piltrafas. Y claro, es más fácil tumbarse y dejarse humillar, sobre todo si es una vez a la quincena con una mujer que no les exige nada más, que hacer el esfuerzo de dejarse guiar para mejorar bajo el mandato de una mujer que aprecia la entrega de un hombre valioso. No entiendo de qué sirve que se me someta un hombre de cuarta categoría, yo prefiero una preciada propiedad, alguien que se pula cada vez más a mi gusto y de quien sentirme orgullosa, pero eso sí, no será un camino hacia su degradación absoluta sino que lo subiré de nivel en cuanto a su forma de manejarse en la vida, y por supuesto no es un camino fácil. No me sirven los que ponen excusas: “no puedo”, “no sirvo”, “me quedo a medias con la parte que me interesa sin esfuerzo”. Esos no tienen los valores, como personas, que necesito para que mi relación funcione.
Siempre he tenido claro lo que no quería, como gusanos arrastrados y “sumisos” de calentón, pero cada vez tengo más claro lo que quiero, y lo voy a repetir las veces que haga falta: quiero que seas tu mejor versión, por ti y para disfrutarlo yo. Y no me conformo con menos.