Sinopsis:
La investigación sobre la desaparición sin pistas de un ciudadano británico en tierras españolas, recae en la Inspectora de la Europol en Reino Unido, Savanah Ferguson, junto al Detective español Nicolás Wenta. El caso parece circunscribirse al mundo del BDSM, y más concretamente al exótico (por minoritario y extraño) mundo del femdom (apócope de female domination), dominación femenina en inglés. En su investigación, la Inspectora se topará sorpresivamente, además de la propia extravagancia del caso, con la reaparición de un dilema trascendental de su pasado personal, que creía, erróneamente, superado, y que no tendrá más remedio que confrontar, provocando un vuelco radical a su vida.
Os recomiendo este libro, que es un entretenido thriller conectado con el mundo femdom, como se puede suponer con solo mirar la portada. No es erótico en plan explícito aunque hay un par de momentos sutiles narrados con buen gusto. El punto original del libro es precisamente que no está en la línea de los libros puramente BDSM y se dirige al público general, lo cual me parece positivo para dar visibilidad y difusión al mundillo femdom.
Aparte de todo lo anterior, por si no basta para despertar interés, añado que algo he tenido que ver con el resultado final, pues leí el borrador de la novela en primicia y le di un par de indicaciones al autor acerca de cómo se comportaría una mujer dominante en un momento dado y también contribuí a que conociésemos algo más de dónde le viene la sumisión masculina a cierto personaje. En el agradecimiento final se comenta esto, así que aquí lo traigo:
Aunque no me disgusta la ciencia ficción, no me considero demasiado friki, razón por la que me cuesta mucho hablar o escribir sobre temas difícilmente tangibles, como empecé a considerar el de la dominación femenina, y andaba ya buscando una atmósfera distinta que diera cobijo a la trama, cuando casi por casualidad pude cerciorarme de que el femdom tenía su rinconcito real en este multiverso medio loco y absurdo, que es la sociedad humana. Sucedió al descubrir el Blog de una mujer que hablaba, me pareció desde el principio, abiertamente, sin tapujos y con absoluta honestidad, de sus tendencias dominantes y su deseo, por no decir necesidad, de mantener una relación verdadera y duradera, de dominación femenina. Más tarde, localicé por la red muchos más blogeros-as, cuyas páginas hablaban en términos parecidos, y sostenías ideas casi idénticas sobre el femdom y sus deseos, de sumisión ellos, de dominación ellas, parecidos a los de la mujer a la que me estoy refiriendo.
Existen, pues, las parejas femdom, totalmente al margen del mundo de la pornografía y de la prostitución, sí. Y según pude extraer como conclusión principal, son parejas normales, que viven su relación de común acuerdo, porque ambos miembros lo desean así. La bloguera de la que hablo, cuyo nombre “en clave” es Ama S, y el de cuyo blog “http://amabuscasumisoverdadero.blogspot.com/” (y que me inspiró, he de decirlo, el personaje de la atractiva y sabia Mistress Wild), me proporcionó la información clave, precisa y valiosa, para aclararme todas las dudas que me surgieron sobre mis ideas preconcebidas al respecto, en mi búsqueda al tum tum por la red. Además de ello, tuvo la delicadeza de leer el borrador de la presente novela, aportando algunas correcciones y sugiriendo añadir ciertas escenas que echó en falta, puesto que a su parecer, había quedado un tanto mutilado el espíritu de la relación que iniciaban Savanah y Marcus, criticando que el personaje del sueco quedaba incompleto, ya que solo se centraba en una descripción física, un bello cuerpo masculino, pero huérfano de contenido psíquico o anímico en su interior. Desde aquí, mil gracias por el tiempo, gratis (quiero subrayarlo, puesto que hoy en día parece que nadie regala nada), dedicado a su lectura, y a su valiosa crítica constructiva previa a su publicación.
Pues eso, que si leéis este libro, tened en cuenta, mérito aparte del autor, quien logra un resultado más que aceptable, que la mano de Ama S. planea un poco también por sus páginas.