Yo a veces tengo que levantar la mirada de la pantalla buscando una cámara oculta, porque no entiendo cómo la gente se puede “superar” en los mensajes surrealistas que me envían. Como este:
quiero conocer mas de la sumision
Oye, tal cual, ni hola ni gracias ni adiós. El rey del twitter, vaya. Me recuerda a los que tienen una charla que consiste en: sí, no, ya, ok. En serio, que no me invento nada, que si algún día saco un libro con mis anécdotas vais a flipar. Bueno, pues como no pienso responderle de manera personal, por supuestísimo, a alguien que no se molesta en buscar entre las tropecientas palabras que llevo escritas sobre el tema, aquí va mi respuesta, al menos para echarle humor a la cosa. La respuesta breve es la de la imagen, por no hacer trabajar demasiado al chico le dedico el bonito monosílabo. Pero venga, seré generosa y aquí lleva otro párrafo de regalo.
Vamos a ver, estimado “lector” mío, ya sé que tu mensaje no deja lugar a dudas, o eso crees, pero es que me surgen algunos interrogantes. ¿A qué sumisión te refieres, a la masculina, a la femenina, a ambas? ¿Eres sumiso, amo o reportero intrépido en búsqueda de información? Cuando dices “más”, ¿quieres decir más de lo que explico? Vuelve en unos meses entonces. ¿O quieres clases particulares? O mejor, te puedo imprimir todas las entradas y subrayar en rojo lo fundamental. ¿Te viene bien así? ¿O mejor en persona? Me pillas al otro lado del Atlántico, pero vamos, que si tengo que subirme a un avión, yo lo que sea, eh, que por difundir el tema me dejo la piel, y la nómina, si es preciso.
A ver, qué más. Ah sí. Uy no. Digo, ok. Y añado... ya.
¡De nada!
PD- Santa madonna...